Sabía que llegarías... Corrí hacia el valcón... Al frente de mi ventana te ví venir... Te ví venir hacia aca sólo para verme... Sólo para saber de mí, decirme que me amas y lanzarme besos desde allá abajo... Todo parecía tan linda escena romántica. Sólo me faltaba bajar para recibir el beso que tanto anciaba.
La única razón de mi silencio cuando me hablabas al oído...
La razón... Por la cual nunca te demostré qué tan especial soy... es porque nunca me interesó hacerlo. No me interesaba impresionarte a tí ni a nadie más... Con sentirme yo mismo orgulloso me bastaba y me sobraba de más. Y sabía que... Algún día, como hoy, te darías cuenta de que soy mucho más de lo que habías creído... Y te arrepentirías de nunca haberte dado cuenta... ¿Ves qué tan ciertas han sido mis palabras?